domingo, 23 de febrero de 2014

Por las mañanas

     Se ganó la lotería, fue tan feliz que se desplazo desenfrenadamente por toda la casa gritando: ¡gane bitches! gane y no le brindaré a nadie, luego buscó un kilo de harina pan y se lo echó encima para demostrar que tenia rial (dinero) suficiente como para comprarse varios paquetes de harina, en eso aparece un vendedor ambulante, le da un lepe (golpe) en la cabeza y le dice: pero bueno muchacho, acaso no sabes que ya casi no hay, si ves una cola bien larga en el mercado métase que ahí 'tan vendiendo, luego observó como el vendedor se fue volando gracias a un jet pack, se quedo sorprendido, dio la vuelta y se fue a la tienda mas cercana, pero se exalto aun mas cuando vio que una vaca con traje azul era quien atendía el local, dijo: ¡¿que carajos esta pasando?! y enseguida abrió los ojos para darse cuenta que todo aquello había sido un sueño, suspiro y se arropó mas con la sabana sintiendo el suave y dulce roce de la cama, apoyando su mejilla sobre la almohada, hasta quedar frente a un pequeño rayo de sol que se escabullía entre la ventana, eso lo alarmó, pues tenia que ir al instituto educativo (universidad(?)) pronto, así que se preparo para escapar de los cálidos y fuertes lazos invisibles que tenia la cama.
Tres sencillos pasos para levantarse,
pero para mi sigue siendo muy complicado.

 Luego de varios intentos logro levantarse, y al ver la hora y lo tarde que era para él, salio corriendo (en realidad caminando rápido) hacia el baño para empezar a realizar varias actividades al mismo tiempo, es decir, se cepillaba los dientes al mismo tiempo que limpiaba su cara, y usaba enjuague bucal mientras hacia una necesidad fisiológica (orinar... no mal piensen), después de realizar su higiene personal, fue corriendo (bueno... trotando) hacia la cocina, agarro el desayuno y se dirigió a su cuarto para poder comer y vestirse al mismo tiempo (otra vez quiso hacerse el multifacetico), se ponía la franela mientras abotonaba su pantalón, se ponía los zapatos mientras buscaba un par de medias... y luego entendió que las medias iban primero, y así continuó hasta estar finalmente preparado para partir, salió de la casa y fue corriendo (esta vez si corrió de verdad) hasta la parada de autobuses, esperó frustrado por diez minutos hasta que por fin llegó la maquina de transporte público, se monto, revisó su bolsillo trasero y se dio cuenta que había dejado la cartera, reviso sus otros bolsillos sin encontrar ni una moneda, frunció el ceño intensamente, se bajo del autobus, dio unos seis pasos en dirección contraria hacia la calle, respiró hondo para poder liberar la inmensa molestia que tenia con una pequeña, dulce y encantadora pregunta... ¡¿Por qué rayos la vida es tan jodidamente cruel?!          

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