domingo, 16 de agosto de 2020

PlayStation 5 vs. Xbox Series X

    La interminable batalla de titanes entre Sony y Microsoft, las afamadas empresas de tecnología vanguardista, siempre ha sido tema de polémica por años, y éste 2020, a pesar de las fortuitas e inesperados acontecimientos en todo el mundo, parece no ser la excepción ya que ambas han anunciado el lanzamiento de dos nuevas consolas en su haber.

    Estamos hablando de la quinta entrega de Sony: la PlayStation 5, y la nueva “caja” repotenciada de Microsoft: la Xbox Series X. El anuncio del pronto lanzamiento de estas consolas ha hecho brillar los ojos de muchos fanáticos del gaming. Ambas consolas aparentan consolidarse en los hogares con gran potencia, dejando claro que vamos a entrar en una nueva generación de videojuegos, con capacidades tan avanzadas, y relativamente parecidas entre ambas consolas, y a la vez unos diseños visuales muy opuestos uno del otro.

    Con la PlayStation 5 color blanco y un diseño de curvas al estilo futurista, Jim Ryan, presidente ejecutivo de PlayStation, dejo en evidencia lo que quería reflejar: un estilo innovador, con aspecto de maquitas voladoras del futuro, naves espaciales, pistolas rayos láser, etc. Algo muy diferente en contraste con la nueva Xbox Serie X, la cual parece una caja fuerte, con su color negro y figura rectangular, aunque se vea algo sencilla, a fin de cuentas, lo que importa es lo de adentro. Así lo quiso expresar el jefe de Xbox en Microsoft, Phil Spencer, que la novedosa Xbox sea como una torre que imponga más velocidad y rendimiento.

    Ya para la fecha se ha publicado relativamente bastante información sobre el asunto, sin embargo, no han tardado en aparecer cometarios especulativos entre los que esperan ansiosamente estas maravillosas máquinas electrónicas, con respecto a su fecha de lanzamiento, y aún más relevante para los bolsillos: el precio que tendrá cada consola. Cualquiera pensaría que con esas altas características que tienen, su precio aumentará significativamente, pero puede ser relativo, esperemos que no se excedan con la cantidad de billetes a exigir, aunque por una Play que pueda soportar videojuegos de sus consolas predecesoras, y un Xbox con un buen servicio a los gamer, hasta un precio alto podría ser considerado.

    Se estima que las fechas de lanzamiento rondan por noviembre, es decir que posiblemente haya varios PlayStation y Xbox escritas en las cartas de Santa Clos para estas navidades. Siendo meses donde generalmente la economía se alza y el capitalismo de las compras navideñas se acentúa, podría ser un buen tiempo para que salgan al mercado, aun considerando la inestable situación que ha presentado el mundo en general este año 2020.

    A continuación, dejo para su deleite una imagen con los detalles de las características de cada consola, y aunque una buena PC Gamer pueda llegar a tiene estos atributos, es innegable que habría que gastar unos cuantos varios dólares para poder tener una máquina que logre equiparar esto.


martes, 28 de abril de 2020

La inexpugnable Unefa Cagua



            Aunque muchos no lo sepan, en Cagua reside una joya de las universidades experimentales politécnicas, una pequeña gema formada en las lejanas tierras del suroeste de Aragua,  una formidable reliquia que echó sus cimientos en las alturas de un tercer piso, hablamos de la única y, por ende, la mejor Unefa del municipio sucre, núcleo Aragua extensión Cagua. 

            Esta casa de estudios tiene abierta sus puertas desde 2005 y desde entonces ha sido prácticamente indetenible. A pesar de su carente disponibilidad de espacio y precario presupuesto, se apoderó del piso más alto del C.C. La Pirámide y se las ha arreglado para ofrecer a sus estudiantes la oportunidad de recibir clases como dicta la ley: pizarrones, sillas y mesas. Eventualmente muchos aires acondicionados se han dañado, y más de un tercio de las sillas rechinan, pero nunca han funcionado como excusas para poder evitar que los docentes sigan dando clases.


            Posee una amplia gama de profesores, así como en un mercado de economía neoliberal, cuenta con una variedad de productos con diferente estilo y calidad, con la diferencia de que en la mayoría de los casos, los estudiantes no tienen la opción de elegir, y para colmo, algunos optan por atrasar una materia con tal de no ver a tal o cual docente. Pero hay que estar claro en que ellos son parte fundamental del proceso, y aunque se comente por los pasillos que algunos son mejores que otros, hay que agradecerles su labor, porque aún cuando su trabajo sea remunerado, es típico escuchar de parte de ellos “No vivo de lo que me paga la universidad, yo les doy clases por vocación, por honor, ¡por la gloria!” palabras más, palabras menos; y que sencillamente sin ellos no habría universidad.

            Siendo esta casa de estudios, literalmente como una segunda casa para los estudiantes, donde pueden llegar a pasar más de la mitad del día bajo su refugio, es normal que los jóvenes generen conflicto con las autoridades cuando están incumpliendo alguna de las inmensurables normas, como sentarse en los pasillos o tener la franela por fuera, normas que me parecen un poco extremistas, y que me hacen pensar que van a llegar al punto de prohibir fruncir el ceño o simplemente sonreír.

            Pero cuando los alumnos desean liberarse un poco de las escrupulosas reglas unefistas, siempre pueden bajar a tomar aire fresco, apoderarse los alrededores de La Pirámide, comer sentado en las escaleras, hacer reuniones sociales en las gradas del Aguirre o jugar un buen partido de básquet en La Haciendita, lugares icónicos para un unefista de Cagua, y aunque la actitud reacia de los estudiantes a cumplir las normas no convenza a muchos, eso no impide la formación de excelentes profesionales que dejarán su huella en la república.

            Por eso, la Unefa Cagüense fija con especial entereza su ideal de no parar de dar clases, aún cuando se presenten saqueos, paro de transporte, manifestaciones, intento de golpe de Estado o riesgo de terremoto tipo 7, los estudiantes siguen siendo esperados en las aulas, al menos por aquellos profesores que son más fieles que los violinistas del Titanic. Pese a que usualmente se ponen intensos con la normativa del uniforme para entrar a la mencionada institución, una cosa no tiene que ver con la otra, según ellos: ¡igual hay clase! Triste por quien olvidó su correa o su carnet.

            Aunque puedo llegar a hacer comentarios hilarantes sobre la Unefa, estoy orgulloso de haber sido uno de los estudiantes que logró salir por la puerta grande al final del recorrido, agradeciendo los conocimientos adquiridos y las amistades forjadas, jactándome de comentar que la Unefa nunca cerró sus puertas, ni entro en paro como alguna que otra universidad nacional. La Unefa Cagüense fue, es y espero que sigua siendo, la inexpugnable universidad que no se detiene y continúa dando clases contra viento y marea.